Addis Abeba: ¿una oportunidad desperdiciada?

  • Etiopía

La pasada semana (13-16 julio) tuvo lugar en Addis Abeba, Etiopía, la III Cumbre Internacional sobre Financiación del Desarrollo. En ella estuvieron presentes más de 190 políticos de alto nivel, organizaciones internacionales, ONG y miembros del sector empresarial para impulsar un nuevo acuerdo global en torno a la financiación de un desarrollo sostenible.

Sin embargo, el Plan de Acción acordado al término de la conferencia, lejos de resultar un "acuerdo histórico" como lo calificó Naciones Unidas, ha sido considerado por las organizaciones de la sociedad civil como una “oportunidad desaprovechada” para abordar las injusticias estructurales en el actual sistema económico mundial y garantizar una financiación al desarrollo centrada en las personas y el medioambiente.

El Plan deja fuera algunas de las grandes apuestas con las que países en desarrollo y organizaciones de la sociedad civil acudían a esta cumbre:

  • No incluye la constitución de un órgano intergubernamental a nivel internacional que garantice un sistema fiscal global justo y con la capacidad de hacer frente a los flujos financieros ilícitos y a la evasión de impuestos.
  • Aunque durante esta cumbre los Estados han reiterado sus promesas de destinar el 0,7% de su renta nacional bruta a Ayuda Oficial al Desarrollo, no se han aprobado medidas concretas o de seguimiento que garanticen su cumplimiento y se ha retrasado este objetivo hasta 2030. Se ha puesto gran énfasis en la cooperación sur-sur, la movilización de recursos nacionales o del sector privado como vías alternativas de financiación del desarrollo no dependientes de los donantes tradicionales.

Pero no todo en Addis Abeba han sido decepciones. Durante esta cumbre se han adoptado nuevas iniciativas en el sector tecnológico, acordando el establecimiento de un Mecanismo de Facilitación de Tecnología y el denominado Banco de la Tecnología en 2017, que facilitará la financiación de nuevas tecnologías en los países en desarrollo, a través de la colaboración público-privada. También en ámbitos como energía, saneamiento o infraestructuras se han adoptado acuerdos significativos.

Además, respecto al rol de los actores presentes en la cumbre, hay que destacar la unidad con la que el bloque de países emergentes y en desarrollo ha defendido sus posturas y el papel de la sociedad civil, capaz de situar muchos de los asuntos tratados en el debate.

Addis Abeba ha supuesto un paso adelante en la dirección correcta. Sin embargo, muchas de las esperanzas puestas en la oportunidad de que esta cumbre marcara un antes y un después realmente significativo no se han cumplido. Por eso te pedimos que nos ayudes, ahora que aún estamos a tiempo, a trasladar a los líderes internacionales nuestra preocupación ante la posibilidad de que el trabajo por garantizar el derecho universal a la educación no reciba los fondos necesarios en los próximos 15 años. Firma nuestra campaña y suma tu voz a la de miles de personas. A principios de septiembre entregaremos todas las firmas a la comisión española que participará en la Asamblea de Naciones Unidas de Nueva York en la que se aprobarán finalmente los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) o, lo que es lo mismo, la hoja de ruta para el Desarrollo Global de los próximos 15 años.