Crónicas de Pablo Funes desde Chad. Conociendo a Fe y Alegría Chad.

Mongo (CHAD) - 20/02/13

Domingo por la mañana, corriendo hacia el aeropuerto para un nuevo viaje con Entreculturas. Esta vez al Chad, uno de los países donde empezamos a desarrollar nuestro trabajo en África en 2004 y que, actualmente, se consolida con proyectos con el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS), Fe y Alegría y un centro social llamado CEFOD. Voy rumbo París, y en este primer trayecto tengo tiempo para leer y recordar un poco sobre el contexto chadiano.

El Chad se encuentra en lo que se llama la "banda Saheliana", y hay una gran diferencia entre el norte desértico y un sur más verde y mucho más rico. También la diferencia se da por un norte con una cultura y una población musulmana, y un sur con una mayor mezcla entre cristianos y musulmanes. Si tomamos las grandes cifras y los indicadores de los grandes organismos internacionales, Chad se sitúa como uno de los países más pobres del mundo, con cerca de un 60% de personas viviendo por debajo del umbral de la pobreza y con una economía agrícola de subsistencia muy vulnerable frente a las condiciones climatológicas, y que actualmente, al igual que otros países de la zona del Sahel (Burkina Faso, Mali, Mauritania y Níger) vive una situación de alerta a causa de la crisis alimentaria. Como en casi todos los países africanos, la independencia de Francia se da a comienzos de los años 60 y, por desgracia, llevan años de conflicto y de autoritarismo que han perjudicado gravemente al desarrollo del país. En 1990, Idriss Deby dio un golpe de estado, sucediendo a Hissein Habre que llevaba en el poder desde la independencia. Desde ese momento se continúa con una nueva dictadura marcada por la lucha de poder interna, la fragmentación social entre diferentes grupos étnicos y las tensiones con el país vecino, Sudán.

Poco a poco, y casi sin darme cuenta, llego a París y emprendo el rumbo a Ndjamena. De nuevo otra buena casualidad en el aeropuerto, coincido en el vuelo con Carlotta, responsable de finanzas del JRS Internacional y con la que tengo asegurada una buena conversación durante el vuelo. Los temas son recurrentes, y avanzamos muchos temas que hemos ido trabajando en los últimos meses. En Noviembre del 2012 tuvimos la suerte de tener a Carlotta y los responsables de proyectos de los JRS africanos en Madrid, con el objetivo de intentar trabajar juntos para la mejora de la eficiencia de nuestros proyectos. Fue muy interesante y ahora veíamos por dónde teníamos que seguir avanzando. Nos pasamos una buenas horas conversando, una cabezada y llegamos al calor de Ndjamena.

En Ndjamena paso dos días y tengo la suerte de estar acompañado por Etienne, el nuevo director de Fe y Alegría Chad. Es un gran tipo y desde un principio hacemos buenas migas. Aprovechamos para visitar a otros amigos y socios con los que trabajamos en la ciudad. Empezamos por CEFOD, un centro social de los jesuitas que trabaja fundamentalmente por los derechos humanos y la buena gobernanza a través de formaciones, estudios y publicaciones. Es un centro de referencia en Chad, todo el mundo lo conoce y pasamos buenos momentos con Anoine Berilengar, director del Centro, que conoce desde años Entreculturas. CEFOD llama la atención por la cantidad de gente que entra y sale, organizan reuniones de ONG, conferencias gubernamentales, hay una gran biblioteca y un gran número de actividades llenas de vida. Tenemos mucho de qué hablar, sobre todo de una financiación que acabamos de solicitar a la Unión Europea para un proyecto de sensibilización en varias regiones del Chad para favorecer el acceso a servicios básicos, como la salud y la educación.

Con Etienne seguimos soñando sobre las posibilidades de Fe y Alegría. Pensamos en una escuela técnica en Ndjamena, incluso en un programa para los niños nómadas del desierto que normalmente no van a la escuela. Soñamos con un programa más fuerte para el trabajo con niñas. Con la posibilidad de continuar el buen trabajo que el JRS ha hecho en el este del país. Con nuevas posibilidades en otros países. Fe y Alegría Chad trabaja en 25 escuelas de Mongo y Bitkine. Ha costado mucho su implantación en el país, hacerse un hueco y que los chadianos la conviertan en su propio proyecto. Pero esto no se queda aquí y ahora es el momento de soñar con una Fe y Alegría en África, que trabaje por una educación transformadora, por la participación comunitaria. Da gusto soñar y, sobre todo, ir viendo que estos sueños poco a poco se pueden hacer realidad. Hablamos de las claves, de los pasos que hay que dar, de lo mucho que tenemos que seguir trabajando. Entreculturas juega un papel fundamental, de puente entre dos continentes, de facilitador en el crecimiento de esta experiencia. Es uno de nuestros grandes desafíos en los siguientes años.

Tenemos reuniones con la Unión Europea, de nuevo a CEFOD, más papeles, visitamos una escuela secundaria de los jesuitas que pide nuestro apoyo, coincidimos con amigos de Manos Unidas, vemos un terreno para una nueva escuela, nos despedimos de un jesuita misionero que después de 45 años en Chad vuelve a Francia, cargamos el coche de unos medicamentos que tenemos que llevar al este, más papeles para que nos den el permiso de desplazamiento, cena con el JRS... Una agenda muy apretada que nos prepara para el viaje hacia Mongo, a conocer, al fin, Fe y Alegría Chad y su trabajo en educación.

Un muy buen comienzo y un gran lujo encontrar tantos amigos de Entreculturas en estos dos días en Ndjamena.

Pablo Funes

 

Mongo (CHAD) - 23/02/13

En estos días de viaje por Chad se me venía a la cabeza nuestro trabajo en género, nuestra apuesta por recordar en todo momento la igualdad entre hombres y mujeres. Se me venía a la cabeza la sesión del otro día en Madrid, en la que íbamos viendo todo el trabajo hecho en tantos años de Entreculturas y, cómo no, tanto buen trabajo de nuestros socios Fe y Alegría y JRS. Aquí, en las escuelas de Mongo, he podido ver cómo también la apuesta es clara, y cómo se empieza a realizar un gran esfuerzo por intentar que las niñas continúen en la escuela. Durante la visita hemos ido preguntado a los profesores, a los padres, a los trabajadores de Fe y Alegría cuáles son los principales problemas a los que se enfrentan las niñas, y van saliendo distintos temas... No son nuevos, pero sí nos sitúan ante una realidad de gran injusticia entre niños y niñas. Lo que más me ha chocado en este viaje -quizás por las dudas que me crea-, es cómo avanzar en este trabajo en una cultura islámica, tradicional, y tan distinta a la nuestra. Es un gran desafío.

En un primer momento, sale claramente el tema de las tareas del hogar, de las que se encargan las mujeres. No son tareas nada fáciles, sobre todo la recogida de agua y leña que en muchas ocasiones supone recorrer largas distancias. Las niñas desde muy jóvenes se encargan de ello. La consecuencia es obvia, el absentismo escolar y, poco a poco, el abandono de la escuela. Otro tema importante, y que desde Fe y Alegría lo señalan como el más preocupante, son los matrimonios precoces, muy comunes, y que hacen que las niñas se casen en muchas ocasiones con tan solo 11 ó 15 años. Una vez casada, la escolarización es muy difícil, y a partir de ese momento su principal preocupación es cuidar de sus hijos. De nuevo, el abandono escolar.

También hay que considerar que la educación de las madres es muy escasa, la mayoría son analfabetas, lo que hace que haya poca preocupación para que las niñas vayan a la escuela, sino que la prioridad se encuentra en formarlas para su papel de mujer en el hogar. Y, por último, nos cuentan el poco liderazgo que tienen las mujeres en la comunidad, copada por los hombres

Mientras hablamos, me he obsesionado con tomar fotos de niñas. No es fácil, en un primer momento cuando saco la cámara miran hacia abajo, se esconden y se ponen muy serias. Me extraño, no quiero poner a nadie en una situación violenta, pero basta una broma para que vuelvan las sonrisas y para que me pidan que les haga alguna foto. Es impresionante el colorido, el contraste con esta tierra tan árida, la foto sale casi sola. Hay un gran número de niñas en las escuelas, más del que me imaginaba. Valerie, directora del proyecto en Bitkine, cuando le pregunto sobre los mayores logros de este proyecto que empezó en 2011, me responde rápidamente: "hay un claro aumento en la escolarización y participación de niñas. Esto es gracias a nuestro trabajo". Sigo tomando fotos de las niñas en las escuelas, seguramente quiero dejar claro que estas niñas que estoy viendo están en la escuela y ahora nuestro reto, el de Fe y Alegría Chad, es seguir trabajando para que sigan en las clases, para que disfruten de la libertad de la educación. Tengo casi unos 40 primeros planos de niñas, no sé sus nombres, pero sé que cada una de ellas es de gran importancia para el trabajo de Entreculturas.

Desde Fe y Alegría Chad se están desarrollando diversas actividades para garantizar la continuidad de las niñas en la escuela. Quizás la más importante es la que hace el equipo llamado "REC" en materia de sensibilización. Es un equipo de 5 personas, de las cuales una de ellas se especializa fundamentalmente en ir por las comunidades y trabajar con las madres y padres sobre la importancia de la escolarización de las niñas. También se organizan Comités de Madres, de tal manera que ellas poco a poco se van empoderando y se van haciendo cargo de la educación de sus hijas. Es un trabajo muy lento, "aquí la niñez llega hasta los 10 años", me dice Joaquín Ciervide, de Fe y Alegría Chad, "a partir de ese momento, los niños pasan a ser adultos y a hacerse cargo de otras tareas".

Hay grandes retos, donde hay que tener muy en cuenta una cultura muy tradicional. Algunos temas son muy difíciles de trabajar, como la mutilación genital femenina o los matrimonios precoces; incluso gente que lleva más de 30 años por aquí lo intenta afrontar sin éxito. No hay una fórmula mágica para esto. No es fácil, pero lo que está claro es que Fe y Alegría da pasos para ir acercándose un poco más a la igualdad de género.

Pablo Funes

P.D.: Aquí os comparto algunas de las fotos de las que hablaba... http://www.flickr.com/photos/72324329@N02/sets/72157632839912838/show/

 

Mongo (CHAD) - 25/02/13

¡Por fin conozco FyA Chad! Nos dirigimos hacia Zoni, una escuela de la red rural en la que se han construido tres clases durante el 2012. Me acompaña Adef, responsable del servicio de animación comunitaria. Adef conoce bien Entreculturas ya que hace muy poco tiempo estuvo por España en la presentación del libro "Educación y participación: un sueño posible". Me pregunta por Isa, por Valeria, Jorge... pasamos de Mongo a Madrid, y es evidente la importancia de la red internacional de Fe y Alegría, referencia en tantas partes del mundo, un gran grupo de amigos trabajando por una misma causa: la educación para todos.

Llegamos a Zoni y nos recibe el director. Primero nos ofrece un té y conversamos un rato con el resto de profesores de la escuela. Me llama la atención la identificación de la gente con Fe y Alegría y el orgullo que les genera. Visitamos la escuela, las tres nuevas clases construidas. La verdad que se ha hecho un gran trabajo, son escuelas simples, pero muy bien construidas. Aquí también se puede ver la mano de Inés, arquitecta que el último año estuvo trabajando por aquí intentando mejorar el modelo de construcción, y sobre todo desarrollando un manual que está siendo muy útil para las nuevas construcciones. Visitamos otras aulas que aún no están construidas y que, bajo un techo de paja, intentan enseñar, ni más ni menos, que el cálculo del área de un triángulo. Aquí pienso que lo importante no es solo el edificio, la clase, sino lo que los maestros son capaces de enseñar a sus alumnos. Y esta es una de las grandes claves de Fe y Alegría, la formación de profesores. Hay un programa muy completo para formar a estos maestros y maestras comunitarios, es decir, que no han pasado por una universidad ni por la escuela secundaria, sino que solamente destacan en la comunidad por sus conocimientos y que gracias a una buena formación finalmente pueden llegar a dar clases con cierta calidad. Hay muchísimo aún por hacer en este sentido, pero ese es otro reto de Fe y Alegría, una de sus revoluciones.

 

 

Seguimos la ruta para ver otras escuelas. El desierto abruma, paisajes quietos, en perfecta armonía, que se dejan sorprender por el color de las mujeres que van a recoger leña, que traen el agua, con sus velos de infinitos colores. Los camellos, los pequeños burros que se mueven con lentitud, los hombres con el blanco inmaculado de sus turbantes. Me dejo llevar por este paisaje tan nuevo para mí, mientras seguimos conversando. Adef habla todo el tiempo de la importancia de la participación del "village", es decir, conseguir que el pueblo haga suya la escuela, y que ésta sea un motor de desarrollo. En la propuesta de Fe y Alegría la comunidad participa en todas las fases, se trata de construir juntos, de hacer algo compartido. Otra revolución de Fe y Alegría Chad.

Visitamos tres escuelas más: Golonti, Koffilo y Gourbiti, de esta primera red de 17 escuelas rurales. Todas parecidas y con una fuerte identidad que va más allá del cartel que nos anuncia su nombre. En todas, los alumnos son de mayoría musulmana, el resto seguramente animistas, y quizás algún cristiano. En armonía, sin conflictos. Fe y Alegría está ahí sin cuestionarse la diferencia religiosa, sabiendo que lo importante, la auténtica misión, es la educación para la transformación social. Esto es algo que no me deja sorprender. Estoy pesado con esto, y hablo con algún profesor, con los trabajadores de Fe y Alegría, "tenéis que enseñar este ejemplo al mundo... por lo general, solo se habla de los terroristas y los radicales musulmanes, aquí hay un ejemplo de tolerancia, de trabajo conjunto, de culturas que aprehenden a comprenderse".


 

Y seguimos sumando revoluciones: las clases en estos últimos años se han ido llenando de niñas, es un gran paso; hay alguna maestra y poco a poco se quiere que vaya aumentando el número. Se ha conseguido que haya huertos escolares en muchas de las escuelas, lo cual sirve -por un lado- para obtener unos recursos que ayuden al pago de los salarios de los docentes, y por otro lado, a integrar el medio ambiente en la escuela. Se han construido letrinas en varias de las escuelas con la intención de disminuir las enfermedades y mejorar la higiene. Se han formado no solo asociaciones de padres, sino también de madres que se preocupan por la escolarización de sus hijos. Hay programas de radio a través de los cuales se intenta formar a los profesores y sensibilizar a la comunidad. En realidad, tan solo son pequeños pasos, pero desde mi punto de vista supone una revolución en la forma de entender la educación en Chad, en África. Un cambio radical donde, partiendo de la justicia social, se camina a una educación de calidad para los más pobres, para los que están más allá de donde acaba el asfalto.

En este sueño, en esta revolución está Entreculturas desde su comienzo. Y seguimos avanzando con ellos, compartiendo alegrías, pero también los problemas. Siendo Fe y Alegría. Y ahora es el momento de llevar esta revolución más allá, atravesar fronteras, y ofrecerla en aquellos rincones del mundo que necesitan de esta educación transformadora.

Pablo Funes