Pilar Maldonado | Responsable de Base Social - Delegación de Córdoba

Pilar nos cuenta que comenzó en Entreculturas hace más de 5 años, cuando conoció a Fernando Arjona, s.j. en un concierto a favor de Somos Tierra de Acogida, que se celebró en su lugar de trabajo.
Aunque solamente firmó los papeles de referente de Base Social ante la Sede Central, ahora mismo, debido al poco volumen de personal en la delegación, también desempeña otras funciones como ciudadanía, comunicación, formación y voluntariado y apoyo al delegado.
 
¿Qué tiene de especial ser voluntaria en una delegación de Entreculturas como la de Córdoba, y por qué creéis que es tan importante el trabajo en equipo?
 
La delegación de Córdoba tiene unas características muy especiales por el lugar donde está ubicada, en un Centro de Fe Cultura Justicia de la Compañía, que es uno de los espacios culturales del centro de la ciudad, con una diversidad muy interesante, pero a la vez itinerante.
 
Es muy importante el equipo para poder trabajar, si se decide una actividad, todo el voluntariado debemos ir para que esa actividad dé fruto, estemos más o menos de acuerdo con ella. Lo más difícil es decidirse por la actividad, pero con un voluntariado como el de Córdoba es más fácil, porque no tenemos miedo al fracaso, practicamos el acierto-error.
 
 ¿En qué consiste tú papel de Referente de Base Social en la delegación actualmente?
 
Mi papel de Referente de Base Social en la delegación actualmente es un papel con el que sigo aprendiendo cada día. Intento recordar las 5 razones por las que es importante hacerse soci@s (más visibilidad, más representatividad, más legitimidad, más capacidad de transformación y más independencia)
 
¿Podrías compartirnos algunas de las actividades que ha impulsado la delegación de Córdoba en los últimos tres años para ampliar su base social?
 
Hay algunas actividades como conciertos, mesas petitorias y otras contempladas en nuestros hitos. Entendemos que trabajar en red es importante para darnos visibilidad en otros lugares a los que no llegamos como Entreculturas en solitario.
 
Intentamos compartir actividades en red con otras entidades y organizaciones, estamos trabajando con la Mesa Diocesana de Migraciones, con 3 hermandades y cofradías muy populares en Andalucía. Nos hemos sumado también al proyecto de Hospitalidad de la Casa Claver de Córdoba (proyecto de acogida a madres refugiadas con sus hijos e hijas), aunque este no es muy conocido, sí que nos ayuda a nivel de voluntariado en Córdoba.
 
 
¿Puedes detallar un poco la iniciativa que desarrolláis para dar a conocer Entreculturas en los grupos que están vinculados al Centro San Hipólito?
 

Gracias al trabajo del superior, Ángel Ortiz Urbina s.j, que llegó hace unos tres años a la Comunidad de Jesuitas que hay en este Centro y que está volcado en el trabajo por las Preferencias Apostólicas, nos está abriendo las puertas de los distintos grupos de la familia ignaciana que allí se reúnen. En el Centro, en el Templo y en la Comunidad todo son facilidades. 
 
Hemos comenzado una ronda de visitas para presentarles nuestro trabajo fuera y dentro de Córdoba, para que se enamoren y colaboren con Entreculturas, con la inestimable ayuda de Ángela Sánchez y el equipo de Campañas y Marketing que nos han diseñado una presentación muy especial. 
 
 ¿Podrías explicarnos cuál o cuáles son tus motivaciones principales para continuar colaborando con Entreculturas?
 
Llegué a Enteculturas por el lema Somos Tierra de Acogida, después me enamoré del trabajo que se hace tan potente por la Educación Global y cómo se trabaja con la Federación de Fe y Alegría, creo que nuestra educación transforma el mundo.
 
Me motivan nuestras 5 causas: Garantía del Derecho a la Educación, Defensa de las personas Refugiadas y Migrantes, Fomento de una justicia Socioambiental, Promoción de la Equidad de Género y Fortalecimiento de la Participación y la Ciudadanía Global.
 
Aunque no he ido a trabajar en terreno a ninguna frontera, gracias a los testimonios escuchados y lo vivido en encuentros, ahora también conozco un poco más del trabajo del Servicio Jesuita a Migrantes y a Refugiados, me motiva el modo de estar en las fronteras y como dan dignidad a los migrantes.
 
Gracias al proyecto de la Casa de Acogida que hay en Córdoba, estoy viviendo una práctica en este terreno que transforma tanto a las familias que están en la casa, como las que vamos a compartir con ellas. Estar cara a cara con estas realidades que tanto defendemos me motiva a seguir en Entreculturas.