Testimonios de voluntariado
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Me llamo Ángel y ya son más de dieciocho meses los que llevo colaborando con la inestimable labor que realiza Entreculturas. Por todos y todas es sabido en esta organización cuál es nuestra utópica misión: plantar las semillas de lo que será una futura educación de calidad; una educación universal, gratuita y obligatoria en valores tales como la igualdad, la solidaridad, la paz, la tolerancia y el respeto al medioambiente.
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Mi nombre es Rafael García. Todos los seres humanos tenemos, en cierta manera, inoculado el gen de la ayuda a los demás, que vamos satisfaciendo en nuestro ámbito y de acuerdo a las circunstancias de cada momento de nuestra vida. Este sentimiento es más intenso en unos que en otros, y se manifiesta también de una manera distinta en las personas.
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Mi nombre es Ana García Borrego. Hace ya más de 18 años que mi familia y yo empezamos este camino largo e intenso junto a Entreculturas, con la que hemos crecido, de la que tanto hemos aprendido y, sobre todo, con la que hemos compartido y vivido mucho a nivel humano.
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Me llamo Elena Díaz Ramón-Borja, tengo 28 años, soy madrileña y Educadora Social de profesión. Conocí Entreculturas a través de una colega de mi pueblo, que realizó la experiencia Volpa un tiempo antes que yo y me habló muy bien de la Fundación.
Es una buena oportunidad para iniciar un camino hacia la introspección y además, plantean una forma de acercarse a las diferentes realidades del mundo de forma seria y profunda, alejada de esas ‘vacaciones solidarias’ que a mí tampoco me interesaba hacer y, sobre todo, desde una perspectiva de respeto y encuentro con otras y otros.
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Mi nombre es Begoña, estudio el grado de Educación en Magisterio Primaria y formo parte del voluntariado de la delegación de Zaragoza de Entreculturas desde hace casi tres años.
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Estar en el Servicio Jesuita a Migrantes de Arica ha sido toda una experiencia de vida. Me ha hecho mirar el mundo desde otra perspectiva, salir de la burbuja occidental y despojarme de alguna de las vendas que tapaban mis ojos.
Al estar en una ciudad fronteriza te das cuenta de lo altas y peligrosas que son las fronteras que separan los países. Estas son líneas imaginarias y están construidas por el ser humano, en busca de separar lo propio de lo ajeno, basándose en el odio y la dominación hacia un otro que se considera inferior.
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Mi nombre es Edén, soy de Sevilla, y actualmente me encuentro en Chile, aunque mi primer destino fue Nicaragua. Allá estuve seis meses colaborando con el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) de Managua y Chinandega. Apoyaba al Dpto. de Comunicación y participaba en el área psicosocial y pastoral, donde aprendí sobre la realidad de las personas migrantes y refugiadas.
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Soy fisioterapeuta, tengo 25 años y soy de Sevilla. Me encuentro en Santa María de Chiquimula, una pequeña ciudad en el altiplano guatemalteco, participando en el programa de voluntariado de Entreculturas desde octubre de 2018.
Las primeras semanas en Guatemala fueron duras, por el hecho de dejar a mi familia y amigos y la incertidumbre de no saber qué me iba a encontrar. Con el tiempo me fui adaptando, veía todo diferente y nuevo: la gente, el paisaje, la forma de hablar, las costumbres, la comida.
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Miguel Ángel Rodríguez es de Madrid y tiene 48 años. Licenciado en Sociología, pasó de ser VOLPA en Chile durante dos años a convertirse en formador para otros voluntarios y voluntarias internacionales antes de su marcha a destino. Ahora, se despide de esta etapa y antes de cerrarla le hemos entrevistado para conocer su historia y testimonio.
¿Cómo conociste Entreculturas?
Conocí primero Volpa, porque quería hacer un voluntariado de larga duración y a raíz de ello conocí Entreculturas. -
Me llamo Sara, tengo 27 años y soy de Valladolid. Conocí Entreculturas en una conversación durante un viaje en Blablacar: resulta que mi acompañante trabajaba en la organización y me explicó a qué se dedicaba. Me habló también del programa VOLPA y me resultó tan interesante que ese mismo día me puse en contacto con las personas encargadas del proceso. Y así es como llegué a Ecuador. Primera vez que realizaba un voluntariado internacional y primera ocasión para viajar a América Latina...